La fortaleza en Eterno Recuerdo.
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La fortaleza en Eterno Recuerdo.
En algún lugar del Mundo Onírico, lejos de la gran ciudad en la cima de una altísima montaña se alza un castillo, su estilo es dudoso pues está compuesto de multitud de rasgos de diferentes culturas, se pueden encontrar columnas decoradas con serpientes de la américa precolombina, cruces cristianas o estrellas de david. Todo ello conformando un gargantuesco escenario en constante construcción.
El castillo se pierde en la lejanía, es imposible ver su final. Pero lo que más llama la atención de todo esto es el movimiento, todo se mueve, pues el castillo está en eterna construcción. Los adoquines del suelo se mueven a toda velocidad recordando a las cintas transportadoras de los aeropueros, las columnas se levantan como si fueran árboles creciendo por doquier. Las torres se levantan silenciosas ampliando la altura de cada esquina del castillo. Los ladrillos caen del cielo formando las paredes y los adornos aparecen de la nada cuando ya pueden ser puestos y acomodados.
Sin embargo hay una entrada clara, dentro de toda aquella confusión obscena de edificios se podía distingir perfectamente una escalera, de kilómetros de largo, que llevaba desde el pie de la montaña a una puerta, la única en todo el perímetro de la fortaleza. Su tamaño era acorde con el sitio. Los diez metros de alto por cuatro de ancho estaban adornados por infinidad de rostros a escala real, estos tallados en bronce de la puerta tenían todo tipo de expresiones, desde la cara más triste a la más alegre. Las puertas estaban cerradas, no parecía que fuese a haber un cerrojo , pero haría falta mucha fuerza y gente para abrir al menos una de esas pesadas puertas.
El castillo se pierde en la lejanía, es imposible ver su final. Pero lo que más llama la atención de todo esto es el movimiento, todo se mueve, pues el castillo está en eterna construcción. Los adoquines del suelo se mueven a toda velocidad recordando a las cintas transportadoras de los aeropueros, las columnas se levantan como si fueran árboles creciendo por doquier. Las torres se levantan silenciosas ampliando la altura de cada esquina del castillo. Los ladrillos caen del cielo formando las paredes y los adornos aparecen de la nada cuando ya pueden ser puestos y acomodados.
Sin embargo hay una entrada clara, dentro de toda aquella confusión obscena de edificios se podía distingir perfectamente una escalera, de kilómetros de largo, que llevaba desde el pie de la montaña a una puerta, la única en todo el perímetro de la fortaleza. Su tamaño era acorde con el sitio. Los diez metros de alto por cuatro de ancho estaban adornados por infinidad de rostros a escala real, estos tallados en bronce de la puerta tenían todo tipo de expresiones, desde la cara más triste a la más alegre. Las puertas estaban cerradas, no parecía que fuese a haber un cerrojo , pero haría falta mucha fuerza y gente para abrir al menos una de esas pesadas puertas.
- Spoiler:
Ronda 1
De nuevo había aparecido en aquel mundo, como venía siendo costumbre y de nuevo lo había hecho en un lugar completamente distinto del mismo, como era habitual...
Aunque, en aquella ocasión, lo que vi me dejó bastante desconcertado: Frente a las grandes calles desoladas y urbanas que solía encontrarme cada vez que me abandonaba al sueño, frente a la enorme ciudad de almas perdidas que visitaba más a menudo cada vez, esta vez lo primero que vi al abrir los ojos fue un enorme castillo de construcción casi medieval, enorme y a la vez sobrecogedor, pero con algo extraño.
Cuando dirigí la mirada hacia las enormes paredes, no pude evitar ver "algo" corriendo entre los muros, alimentándolos y llenándolos de una vida que pocos edificios poseían... Y una mirada más detallada pudo ver los efectos de esa extraña fuerza: Baldosas que se movían, adoquines y rocas que no se mantenían por mucho tiempo en un mismo lugar y, sobre todo, aquella extraña fuerza inundando cada centímetro de una construcción que cada vez crecía más y más, como si manos invisibles la hubiesen estado construyendo y aún continuasen con una tarea largo tiempo inacabada.
Otro habría quedado completamente estático y atónito ante ello, incluso yo de haberlo visto quizá un poco antes... Pero en los últimos días había visto y oido cosas que jamás imaginé, cosas que harían que cualquier mente mínimamente cuerda perdiese completamente la cabeza... En mi caso, había estado próximo a hacerlo, sin embargo, había conseguido abstraerme, había conseguido ver, había conseguido entender: Aquel mundo no se regía por las mismas normas que el nuestro, aunque fuesen similares en muchos aspectos.
Aquel mundo era un mundo de extraordinarios, de contradicciones y misterios... Uno de los cuales me había llevado allí: La muerte de mi novia era el motivo por el que había decidido empezar a indagar, habiéndome llevado no sólo a aquel mundo, sino al descubrimiento de una trama que implicaba al mismísimo gobierno. La "Oniria Aeterna" no era lo que muchos habíamos pensado, no era lo que creían que creyésemos que era, pero tampoco parecía haber nada que indicase de qué se trataba realmente... Aquel mundo era lo único que podía darnos más pistas y mi mente se había acostumbrado a lidiar con lo sobrenatural, como un medio para conseguir averiguar la verdad...
Paradójicamente, nada había de sobrenatural en mí.
De entre todos los que había visto en aquel lugar, yo era el único que no parecía tener nada de extraordinario: Había visto individuos que manipulaban el fuego, otros que controlaban la gravedad, individuos que hacían electricidad y otros que eran capaces de manipular a las personas y incluso hacerlas enloquecer... Y, entre todos, yo era el único que no tenía nada: Sólo mi cerebro y la información que podía lograr averiguar, algo que me causaba intensas frustraciones. En un mundo de seres extraordinarios, yo era completamente ordinario... Y sólo mi capacidad de analítica, mi intelecto, me permitía conseguir lidiar con las extrañezas y peculiaridades de aquel mundo. Eso y poder hacer aparecer lo que había creado en el mundo real y destruirlo.
Aquella construcción extraordinaria sólo era una de tantas, y me mantuve observándola hasta que me fijé en personas apareciendo en aquel lugar: Durante unos momentos mantuve un perfil bajo y, sólo cuando el grupo fue nutrido y había visto varias personas conocidas, decidí hacerme visible, aunque no, como había visto a uno, llamando la atención. No, mi método era otro.
Simplemente anduve y, cuando estuve cerca de la puerta, la palpé con una mano: Mis vestimentas eran las habituales, para cualquiera que observase y no me conociese, sólo era un tipo como tantos otros, perdido en aquel lugar, pero sí había algo que podía hacer: Podía ver. Podía escuchar. Podía conocer. Aquel mundo no tenía misterios que pudiese ocultarme mucho tiempo... Y aquel castillo tampoco los tendría.
Me limité a tocar la piedra, a observar el lugar, mientras la información fluia a mi cerebro, calmadamente... Absorbía todo lo que podía y lo analizaba, dejaba que las paredes y el mismo mundo me hablasen. El que otros reaccionasen a mi presencia o no, no era importante, pero había escuchado hablar a otra persona, diciendo que se le había ocurrido cómo entrar...
Aunque, en aquella ocasión, lo que vi me dejó bastante desconcertado: Frente a las grandes calles desoladas y urbanas que solía encontrarme cada vez que me abandonaba al sueño, frente a la enorme ciudad de almas perdidas que visitaba más a menudo cada vez, esta vez lo primero que vi al abrir los ojos fue un enorme castillo de construcción casi medieval, enorme y a la vez sobrecogedor, pero con algo extraño.
Cuando dirigí la mirada hacia las enormes paredes, no pude evitar ver "algo" corriendo entre los muros, alimentándolos y llenándolos de una vida que pocos edificios poseían... Y una mirada más detallada pudo ver los efectos de esa extraña fuerza: Baldosas que se movían, adoquines y rocas que no se mantenían por mucho tiempo en un mismo lugar y, sobre todo, aquella extraña fuerza inundando cada centímetro de una construcción que cada vez crecía más y más, como si manos invisibles la hubiesen estado construyendo y aún continuasen con una tarea largo tiempo inacabada.
Otro habría quedado completamente estático y atónito ante ello, incluso yo de haberlo visto quizá un poco antes... Pero en los últimos días había visto y oido cosas que jamás imaginé, cosas que harían que cualquier mente mínimamente cuerda perdiese completamente la cabeza... En mi caso, había estado próximo a hacerlo, sin embargo, había conseguido abstraerme, había conseguido ver, había conseguido entender: Aquel mundo no se regía por las mismas normas que el nuestro, aunque fuesen similares en muchos aspectos.
Aquel mundo era un mundo de extraordinarios, de contradicciones y misterios... Uno de los cuales me había llevado allí: La muerte de mi novia era el motivo por el que había decidido empezar a indagar, habiéndome llevado no sólo a aquel mundo, sino al descubrimiento de una trama que implicaba al mismísimo gobierno. La "Oniria Aeterna" no era lo que muchos habíamos pensado, no era lo que creían que creyésemos que era, pero tampoco parecía haber nada que indicase de qué se trataba realmente... Aquel mundo era lo único que podía darnos más pistas y mi mente se había acostumbrado a lidiar con lo sobrenatural, como un medio para conseguir averiguar la verdad...
Paradójicamente, nada había de sobrenatural en mí.
De entre todos los que había visto en aquel lugar, yo era el único que no parecía tener nada de extraordinario: Había visto individuos que manipulaban el fuego, otros que controlaban la gravedad, individuos que hacían electricidad y otros que eran capaces de manipular a las personas y incluso hacerlas enloquecer... Y, entre todos, yo era el único que no tenía nada: Sólo mi cerebro y la información que podía lograr averiguar, algo que me causaba intensas frustraciones. En un mundo de seres extraordinarios, yo era completamente ordinario... Y sólo mi capacidad de analítica, mi intelecto, me permitía conseguir lidiar con las extrañezas y peculiaridades de aquel mundo. Eso y poder hacer aparecer lo que había creado en el mundo real y destruirlo.
Aquella construcción extraordinaria sólo era una de tantas, y me mantuve observándola hasta que me fijé en personas apareciendo en aquel lugar: Durante unos momentos mantuve un perfil bajo y, sólo cuando el grupo fue nutrido y había visto varias personas conocidas, decidí hacerme visible, aunque no, como había visto a uno, llamando la atención. No, mi método era otro.
Simplemente anduve y, cuando estuve cerca de la puerta, la palpé con una mano: Mis vestimentas eran las habituales, para cualquiera que observase y no me conociese, sólo era un tipo como tantos otros, perdido en aquel lugar, pero sí había algo que podía hacer: Podía ver. Podía escuchar. Podía conocer. Aquel mundo no tenía misterios que pudiese ocultarme mucho tiempo... Y aquel castillo tampoco los tendría.
Me limité a tocar la piedra, a observar el lugar, mientras la información fluia a mi cerebro, calmadamente... Absorbía todo lo que podía y lo analizaba, dejaba que las paredes y el mismo mundo me hablasen. El que otros reaccionasen a mi presencia o no, no era importante, pero había escuchado hablar a otra persona, diciendo que se le había ocurrido cómo entrar...
Re: La fortaleza en Eterno Recuerdo.
Después de volver a entrar a este extraño mundo me sorprendí bastante, ya que la típica visión de una ciudad devastada por F.E.A.R.S. y en constante niebla, había cambiado por un castillo de lo que parecía ser la época medieval, y era enorme. Era un lugar espacioso por fuera, ya que para entrar había que cruzar una enorme puerta. Claro, que para llegar a la puerta había que subir unas enormes escaleras. Pero ver el castillo allí detrás sólo hacía que tuviese más y más ganas de subir.
Me puse en camino a las escaleras, cuando a mi lado derecho apareció mi hermana. Nos miramos, y como si nos hubiésemos leído la mente, nos pusimos de acuerdo en subir las interminables escaleras. En el ascenso nos íbamos fijando en todo, aunque no fuese mucho. Pero hubo un detalle que resultó cantoso: Había más personas en este lugar. Estas personas también iban escaleras arriba, algunos con mucha prisa y otro relajados como nosotras. Por el camino vi a una chica pelirroja con el cabello lacio, cuyo físico se me hizo tan familiar, que cuando me quise dar cuenta, Misa estaba hablando con ella y me fijé en que era Nana, aquella chica de la ciudad que controlaba el fuego. Se unió a nosotras y seguíamos subiendo mientras ellas dos hablaban y yo simplemente oía y miraba mis alrededores.
Aquella escalera parecía no tener fin, pero oír la conversación de mi hermana con Nana la hacía más amena. Hablaban sobre las cosas que les habían estado pasando, la opinión de este sitio y cosas por el estilo. Muchos metros más arriba de haber encontrado a Nana, esta última le gritó a alguien.
-¡OYE! ¡Cuánto tiempo!
Después de decir eso, todos los que había cerca de nosotras se quedaron mirándola con cara de "¿Pero qué..?", y luego nos miraban a Misa y a mi. Me encogí un poco ante tal incomodidad y me pegué un poco más a mi hermana. Nana salió corriendo hacia una chica que también se me hacía familiar, y que pareció no haber hecho caso a nuestra loca amiga. La chica salió de sus mundos y Nana la abrazó mientras gritaba su nombre en alto y daba vueltas. Yui. La chica del medigel que había aparecido por primera vez con Giuseppe. Giuseppe... ¿Qué habría sido de él después de aquella vez? Bah, como si se moría...
Yui se unió al grupo y entre ellas tres hablaban, y yo miraba y opinaba de vez en cuando, casi como antes. Después de algunas horas de larga caminata escaleras arriba, llegamos a una gran puerta. La puerta era acojonantemente grande y pesada en apariencia, y daba hasta algo de miedo. Así a lo rápido se le echarían como diez metros de alto por cuatro de ancho. Detrás de la puerta, el castillo se alzaba imponente y se podía apreciar cómo las piedras de sus paredes se movían sin parar. Nos quedamos mirando un rato medio alucinadas por tal cosa. Había algunas personas asentadas por ahí, mirando a la puerta, la cual parecía llevar cerrada largos siglos. Nos acercamos a intentar abrirla de manera civilizada, pero como no funcionaba, decidimos abrirla a lo bestia. Nana lanzando arcos y bolas de fuego, Misa usando sus poderes de gravedad, y yo creando rayos y electroballs. Yui se quedó detrás de nosotras, simplemente mirando y repitiéndonos que era algo estúpido estar ahí dándole de ostias a una puerta.
Después de 15 minutos inútiles tratando de abrir la jodida puerta, me giré de nuevo y me alejé de esta. Había comprendido a Yui. En otras palabras, si los tíos que estaban sentados, que eran casi como armarios, no podían abrirla, tres tipejas flacuchas y debiluchas como nosotras no lo íbamos a conseguir en la vida. Yui se vino conmigo y nos sentamos juntas, no muy alejadas del grupo de gente que miraban a Misa y a Nana como diciendo "Todo lo que hagáis resulta en vano".
Nana y Misa siguieron tratando de abrir la puerta un rato más, pero no tardaron en darse cuenta de lo mismo. O eso o que se cansaron, pero en fin, el caso es que se acoplaron conmigo y con Yui. Ninguna sin decir nada, y todos mirando hacia la puerta formando un grupo de "Tipejos que intentaron abrir la puerta inútilmente, no pudieron, y esperan pacientes la llegada de alguien que lo logre".
Me puse en camino a las escaleras, cuando a mi lado derecho apareció mi hermana. Nos miramos, y como si nos hubiésemos leído la mente, nos pusimos de acuerdo en subir las interminables escaleras. En el ascenso nos íbamos fijando en todo, aunque no fuese mucho. Pero hubo un detalle que resultó cantoso: Había más personas en este lugar. Estas personas también iban escaleras arriba, algunos con mucha prisa y otro relajados como nosotras. Por el camino vi a una chica pelirroja con el cabello lacio, cuyo físico se me hizo tan familiar, que cuando me quise dar cuenta, Misa estaba hablando con ella y me fijé en que era Nana, aquella chica de la ciudad que controlaba el fuego. Se unió a nosotras y seguíamos subiendo mientras ellas dos hablaban y yo simplemente oía y miraba mis alrededores.
Aquella escalera parecía no tener fin, pero oír la conversación de mi hermana con Nana la hacía más amena. Hablaban sobre las cosas que les habían estado pasando, la opinión de este sitio y cosas por el estilo. Muchos metros más arriba de haber encontrado a Nana, esta última le gritó a alguien.
-¡OYE! ¡Cuánto tiempo!
Después de decir eso, todos los que había cerca de nosotras se quedaron mirándola con cara de "¿Pero qué..?", y luego nos miraban a Misa y a mi. Me encogí un poco ante tal incomodidad y me pegué un poco más a mi hermana. Nana salió corriendo hacia una chica que también se me hacía familiar, y que pareció no haber hecho caso a nuestra loca amiga. La chica salió de sus mundos y Nana la abrazó mientras gritaba su nombre en alto y daba vueltas. Yui. La chica del medigel que había aparecido por primera vez con Giuseppe. Giuseppe... ¿Qué habría sido de él después de aquella vez? Bah, como si se moría...
Yui se unió al grupo y entre ellas tres hablaban, y yo miraba y opinaba de vez en cuando, casi como antes. Después de algunas horas de larga caminata escaleras arriba, llegamos a una gran puerta. La puerta era acojonantemente grande y pesada en apariencia, y daba hasta algo de miedo. Así a lo rápido se le echarían como diez metros de alto por cuatro de ancho. Detrás de la puerta, el castillo se alzaba imponente y se podía apreciar cómo las piedras de sus paredes se movían sin parar. Nos quedamos mirando un rato medio alucinadas por tal cosa. Había algunas personas asentadas por ahí, mirando a la puerta, la cual parecía llevar cerrada largos siglos. Nos acercamos a intentar abrirla de manera civilizada, pero como no funcionaba, decidimos abrirla a lo bestia. Nana lanzando arcos y bolas de fuego, Misa usando sus poderes de gravedad, y yo creando rayos y electroballs. Yui se quedó detrás de nosotras, simplemente mirando y repitiéndonos que era algo estúpido estar ahí dándole de ostias a una puerta.
Después de 15 minutos inútiles tratando de abrir la jodida puerta, me giré de nuevo y me alejé de esta. Había comprendido a Yui. En otras palabras, si los tíos que estaban sentados, que eran casi como armarios, no podían abrirla, tres tipejas flacuchas y debiluchas como nosotras no lo íbamos a conseguir en la vida. Yui se vino conmigo y nos sentamos juntas, no muy alejadas del grupo de gente que miraban a Misa y a Nana como diciendo "Todo lo que hagáis resulta en vano".
Nana y Misa siguieron tratando de abrir la puerta un rato más, pero no tardaron en darse cuenta de lo mismo. O eso o que se cansaron, pero en fin, el caso es que se acoplaron conmigo y con Yui. Ninguna sin decir nada, y todos mirando hacia la puerta formando un grupo de "Tipejos que intentaron abrir la puerta inútilmente, no pudieron, y esperan pacientes la llegada de alguien que lo logre".
Lukia Zaoldyeck- Mano derecha
- Mensajes : 73
Fecha de inscripción : 06/02/2011
Edad : 27
Localización : In Wonderland~ >w<
Re: La fortaleza en Eterno Recuerdo.
Me había despertado en otro sitio completamente diferente a esa ciudad llena de niebla y oscuridad. Era un sitio enorme en el que había un castillo decorado a lo medieval en lo alto de una montaña que parecía que levitaba. Avancé un poco por el sitio y vi a mi hermana. En ese momento las dos automáticamente nos miramos y empezamos a andar a la vez hacia la enorme y única puerta que parecía haber allí. Lo malo era que delante de la puerta había unas escaleras kilométricas y nos tocaría subirlas sí o sí. Además había mucha gente a diferencia de la ciudad donde estuvimos.
Mientras subíamos nos fuimos entreteniendo en mirar el sitio y a la gente que subía esas escaleras, como nosotras. Al rato de subir escaleras, vimos a una chica también yendo para la puerta que nos resultó a mi hermana y a mi muy familiar. Me vino a la cabeza la chica que echaba fuego, Nana, así que fui corriendo a hablar con ella, y sí, era ella. Mi hermana se dio cuenta después y Nana se vino con nosotras. Para no aburrirnos tanto, me puse a hablar con Nana de cualquier cosa que se nos ocurría. Nos pusimos a hablar de lo que nos había pasado, sobre este lugar... mientras tanto Lukia miraba alrededor suya y a la gente de por aquí. Íbamos tan tranquilas cuando de repente Nana le grita a alguien.
- ¡OYE! ¡Cuánto tiempo!
Toda la gente empezó a mirarla y encima después nos miraban a mi hermana y a mi. Lukia se pegó a mi avergonzada y Nana fue en busca de alguien. Era otra chica, que también nos sonaba mucho. Me sonaba mucho de aspecto, hasta que me acordé del medigel. Ella era la chica que creaba medigel para curar heridas. Nos ha pasado como cuando estábamos en la ciudad de los F.E.A.R.S, que nos conocimos todas y decidimos ir juntas.
Íbamos Yui, Nana y yo hablando y mi hermana como antes, mirando el sitio mientras seguíamos subiendo las escaleras que parecían interminables. Al rato, por fin, llegamos a la maldita puerta. Detrás de ella estaba ese gran castillo. La puerta era enorme, de 10 metros de alto y 4 de ancho según decía Lukia. Lo que más nos sorprendió, aparte de la pedazo de puerta, es que las piedras de las paredes se movían y los adoquines del suelo.
La puerta no se abría por sí sola, así que decidimos abrirla a lo bestia. Nana empezó a echarle bolas de fuego, Lukia le lanzaba rayos eléctricos, yo lanzaba esferas de energía negativa para alejar la puerta y se abriera y Yui se quedó mirando. Pero nada de eso funcionaba. Después de un rato seguíamos intentándolo y ya mi hermana dejó de atacarle y fue a sentarse con Yui porque ya la gente nos miraba con una cara como diciendo "Es inútil que sigáis haciéndolo, no va a moverse". Era muy jodida la puerta. Si no se abría a la fuerza igual es que tenía algún mecanismo concreto y desde luego que el castillo estaba muy bien protegido.
Aún así Nana y yo seguíamos golpeándola, pero poco después dejamos de hacerlo por el cansancio y nos fuimos con Yui y con mi hermana a sentarnos.
Mientras subíamos nos fuimos entreteniendo en mirar el sitio y a la gente que subía esas escaleras, como nosotras. Al rato de subir escaleras, vimos a una chica también yendo para la puerta que nos resultó a mi hermana y a mi muy familiar. Me vino a la cabeza la chica que echaba fuego, Nana, así que fui corriendo a hablar con ella, y sí, era ella. Mi hermana se dio cuenta después y Nana se vino con nosotras. Para no aburrirnos tanto, me puse a hablar con Nana de cualquier cosa que se nos ocurría. Nos pusimos a hablar de lo que nos había pasado, sobre este lugar... mientras tanto Lukia miraba alrededor suya y a la gente de por aquí. Íbamos tan tranquilas cuando de repente Nana le grita a alguien.
- ¡OYE! ¡Cuánto tiempo!
Toda la gente empezó a mirarla y encima después nos miraban a mi hermana y a mi. Lukia se pegó a mi avergonzada y Nana fue en busca de alguien. Era otra chica, que también nos sonaba mucho. Me sonaba mucho de aspecto, hasta que me acordé del medigel. Ella era la chica que creaba medigel para curar heridas. Nos ha pasado como cuando estábamos en la ciudad de los F.E.A.R.S, que nos conocimos todas y decidimos ir juntas.
Íbamos Yui, Nana y yo hablando y mi hermana como antes, mirando el sitio mientras seguíamos subiendo las escaleras que parecían interminables. Al rato, por fin, llegamos a la maldita puerta. Detrás de ella estaba ese gran castillo. La puerta era enorme, de 10 metros de alto y 4 de ancho según decía Lukia. Lo que más nos sorprendió, aparte de la pedazo de puerta, es que las piedras de las paredes se movían y los adoquines del suelo.
La puerta no se abría por sí sola, así que decidimos abrirla a lo bestia. Nana empezó a echarle bolas de fuego, Lukia le lanzaba rayos eléctricos, yo lanzaba esferas de energía negativa para alejar la puerta y se abriera y Yui se quedó mirando. Pero nada de eso funcionaba. Después de un rato seguíamos intentándolo y ya mi hermana dejó de atacarle y fue a sentarse con Yui porque ya la gente nos miraba con una cara como diciendo "Es inútil que sigáis haciéndolo, no va a moverse". Era muy jodida la puerta. Si no se abría a la fuerza igual es que tenía algún mecanismo concreto y desde luego que el castillo estaba muy bien protegido.
Aún así Nana y yo seguíamos golpeándola, pero poco después dejamos de hacerlo por el cansancio y nos fuimos con Yui y con mi hermana a sentarnos.
Misa Jocket- Niparano adulto
- Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 06/02/2011
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